Es bien sabido que la acuicultura corresponde a una de las industrias dedicadas a la producción de alimento que expone la mayor tasa de crecimiento en la última década, tal como lo señala la FAO en sus informes más actualizados, aseverando que en muy poco tiempo esta reemplazará a la pesca de extracción como la principal fuente de suministro de pescado y productos del mar a los mercados mundiales.
La acuicultura como actividad desde hace varios años ha experimentado una trasformación en sus procesos productivos, guiada por la necesidad de abastecer los mercados, esta transformación se ha sustentado en 3 grandes áreas de desarrollo: la mejora en los rendimientos de los concentrados para la alimentación, la experimentación de nuevos sistemas de producción y por último el aumento de las densidades de cultivo, procesos que han permitido triplicar las densidades de siembra y en consecuencia ha llevado a la tecnificación de las granjas.
Es en este punto donde fincas de producción extensiva, que tradicionalmente siembran a baja densidad requieren de inversión en sistemas y técnicas que le permitan mantenerse en la cresta de la ola y asegurar su rentabilidad en los mercados cada vez más competitivos.
En estos casos, uno de los pasos a tomar, corresponde a la inversión en sistemas de aireación mecánica, que nos ayuden a mantener los niveles de oxígeno disuelto estables en los estanques de cultivo y así poder aumentar las densidades de siembra de forma segura, sin tener que depender de la productividad primaria o del recambio de agua excesivo.
Bajo este escenario, surgen una cantidad de interrogantes y dudas sobre la mejor forma de airear nuestros estanques: la oferta de equipos, técnicas y estrategias que nos ofrece el mercado puede ser abrumadora por cuanto cada una de ellas expone sus ventajas competitivas sobre las demás, lo que vuelve aún más difícil la toma de decisiones y el direccionamiento de la inversión.
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Para hacer esta experiencia lo más práctica posible, lo primero que debemos conocer es la especie cultivada y sus requerimientos específicos de oxígeno, existe un mundo de diferencias entre las distintas especies comerciales; al menos para las principales podemos decir que el requerimiento mínimo de oxigeno es:
Bagres: 3 mg/l | Camarones: 4 mg/l | Tilapias: 5 mg/l | Truchas: 8 mg/l
Pese a que estos requerimientos, representan el mínimo necesario para las distintas especies, siempre es recomendable mantener nuestros estanques en estado de saturación de oxígeno, que no es más que la máxima cantidad de oxígeno disuelto que es capaz de mantener un volumen de agua a una temperatura y presión atmosférica dada, como se expone en la siguiente tabla.
Entonces teniendo en cuenta la especie seleccionada y la saturación de oxígeno para nuestras aguas de cultivo nos vemos en el reto de seleccionar el aireador ideal para el sistema de cultivo y sus especificaciones técnicas para mantener el agua en saturación, para lograr esto el siguiente paso es conocer la cantidad de oxigeno consumido en nuestro sistema y éste deriva de la suma de tres factores fundamentales;
El consumo de los organismos | La columna de agua | El del fondo o los lodos
Finalmente, podemos señalar que distintos autores poseen diversos criterios para establecer estos consumos específicos y así realizar los cálculos para la determinación del requerimiento de nuestros sistemas; luego de obtener el consumo específico debemos comparar este con el SAE (Estándar de Eficiencia de Aireación) el cual nos suministra el proveedor, en nuestros próximo boletín desarrollaremos un poco más estos aspectos ¡Hasta Luego!.
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