La Semana Santa corresponde a una época del año de suma importancia para la comercialización de pescado en toda Latinoamérica, para la cual los acuicultores nos preparamos y sincronizamos las cosechas para ser capaces de satisfacer el pico de consumo estimulado por las festividades religiosas; ahora bien, este año atravesamos la llamada “semana mayor” en medio de una pandemia mundial, con un aspecto inédito en años: el distanciamiento social, que trajo consigo el cierre obligatorio de gran parte de los negocios y prohibición del libre tránsito, esto en principio puede parecer devastador e incluso puede llevar a pensar que perderemos nuestras cosechas por la imposibilidad de llevarlos a los mercados, mayoristas o restaurantes donde estamos habituados a comercializar de manera regular.
Lo más importante es no entrar en pánico, y trabajar en pro de convivir y sobrellevar esta situación, de allí que la reinvención de nuestros procesos es fundamental y la adaptación al cambio es la mejor herramienta para enfrentar los nuevos retos que se nos van a presentar en los meses venideros. En segundo lugar, debemos entender que “el mercado no desapareció, tampoco la necesidad de consumo” estos factores siguen presentes, la diferencia es que no están concentrados en los lugares de consumo habituales, cada consumidor está en su casa.
Ahora, ¿cómo ingresamos a la casa de nuestros consumidores?, ¿cómo le hacemos saber que tenemos lo que necesitan?, ¿cómo tenemos acceso al mercado que todavía existe, pero que está encerrado en las cuatro paredes de sus casas y no se les permite salir?
Aquí algunas referencias: desde el inicio de la pandemia se ha disparado el consumo de contenidos en la web, gracias a que las personas están dedicando cada vez más tiempo a navegar en los diferentes dispositivos. Esto amigos míos es la ventana a las casas, a las mesas de nuestros consumidores, para lograrlo hay que tomar en cuenta tres factores fundamentales, visibilidad, conveniencia y accesibilidad.
Lo primero que tenemos que hacer es volvernos visibles, para ello hay que rescatar esas cuentas de Facebook, listas de correos electrónicos, directorios telefónicos y contactar nosotros a los clientes, hacerles saber que estamos trabajando y que en medio de la crisis estamos para servirles y ayudarlos a permanecer en sus casas.
Además, nuestro servicio tiene que ser conveniente, tenemos que dar las facilidades de pago que nos permitan conquistar esas ventas: transferencias, pagos con tarjetas, puntos de venta electrónicos y cualquier medio de pago disponible que sea conveniente para ambos hay que utilizarlo para dar confianza y asegurar la comercialización.
También debemos ser accesibles, hay que buscar la manera de llevar nuestro producto a la puerta de la casa de los consumidores, podemos utilizar la entrega puerta a puerta o delivery, coordinar las entregas incluso puntos de recolección de la mercancía, procurando acercar el producto al consumidor para minimizar el riesgo. En este punto les recuerdo que pertenecemos al rubro de alimentos, y en casi todos los países estamos exentos de la restricción de tránsito y/o movilización para la comercialización de nuestra producción, hay que aprovecharlo.
Por su parte, les recuerdo que no tienen por qué cosechar el 100% de los tanques o lagunas, como acuicultores somos perfectamente capaces extraer de los tanques solo los peces que tenemos en pedido, o que somos capaces de comercializar, en este punto dejamos de engordar y utilizamos los tanques como “viveros” que nos permiten mantener los animales hasta que los vendamos. Si ya no queremos engordar más los peces y solo necesitamos mantenerlos para esperar la cosecha, podemos reducir la ración de alimento diaria a una tasa de mantenimiento, ofreciendo en ¼ de la ración de engorde, es decir, si se alimentaba con 1kg de ración diaria, ahora solo deberá suministrar 250 gramos. En cuanto al costo energético, la aireación y el recambio, son los procesos que consumen la mayor parte de la energía y son directamente proporcionales a la tasa de alimentación, por lo tanto, si reducimos está a ¼ de la ración habitual, el metabolismo de los peces también reduce los requerimientos de aireación y recambio, en proporción se reduce nuestro consumo eléctrico.
Para finalizar, tengamos en cuenta que son tiempos difíciles, pero debemos recordar que las crisis son escaleras, debemos aprender de nuestras tilapias, truchas y camarones que son por definición resilientes, adaptables a los cambios de su ambiente y resistentes a condiciones adversas, tenemos el deber de sacar adelante las cosechas y de entregarlas al mercado que tanto las necesita.
No decaigan, no se desanimen, reinvéntense, innoven, pregunten y asesórense; pero, por sobre todas las cosas recuerden que pueden confiar en nosotros, Piscicultura Global está para servirles si nos necesitan escriban y comenten siempre estamos atentos y dispuestos a responder.
HOla